- Acabamos de llegar. - Dijo Nick en su defensa.
Entramos a la gran casa, como hoy en la tarde, solo que algo había cambiado. A mi lado se encontraba Nick, no Taylor, y en el Sillón no había nadie agarrado de la mano con aquella muchacha de vestido azul y cabello negro.
Caminé hasta la pileta y allí se encontraban todos. Cuando Taylor me vió, gritó, saludandome desde adentro de la piscina:
- Miley! Al fin llegaste. Ven, metete. - Dijo.
La piscina se veía hermosa, los tenues rayos del sol aún la innundaban y las luces que yacían adentro aún no estaban encendidas. Una vista muy hermosa, aunque no pareciera.
Pasé al baño y me cambié. Me puse la maya blanca que había elegido antes de salir. Salí con mi cartera en mano y la toalla enrollada en mi cuerpo. Dejé el bolso en una silla del Hall y caminé hacia la pileta, otra vez, esta vez dejando la toalla de lado, e invitando a Taylor para que se meta conmigo a la Pileta. Acepto y eso hicimos. Luego de un rato, me cansé y salí. Me recosté en una reposera, asi para la cena, ya estaría seca.
Desde adentro de la casa alguien gritó, de la nada:
- Los Yankees estan jugando por el campeonato! - Dijo David, un amigo de Joe.
Todos, sorprendidos, salieron corriendo, a ver como transcurría el partido, mientras yo, desinteresada sobre que estaba pasando, no me moví, y decidí quedarme donde estaba, ya que el Beisbol a mi, no me gustaba.
Escuché que una voz que venía de atrás mio me hablaba. Era Nick, preguntando si todo estaba bien, y sobre que sucedía:
- Nada, nada. Esta todo bien. - Dije, esbozando mi mejor sonrisa.
Pasaron unos minutos, y mis piernas ya se estaban adormeciendo de no moverse por un largo tiempo. Decidí pararme a caminar cerca de la orilla de la pileta, ya que no tenía mis ojotas, y tenía miedo de pincharme con algo en el cesped.
De repente, sentí que alguien me impulsaba hacia la piscina. Lo unico que pude ver fue una silueta de una mujer de cabello corto y negro.
Desde chica, mi madre no me había enseñado a nadar, y las colonias de vacaciones eran muy costosas. Nunca había aprendido como defenderme si alguna vez en mi vida se me presentaba una situación como la que estaba viviendo. No sabía que hacer. Mi mente estaba en blanco. Lo unico que podía pensar en ese momento, era en mi vida, que se resumio a unos largos segundos, como si la misma fuera un cortometraje.
Luego de unos segundos, senti que algo impactaba sobre el agua, me agarraba de la cintura cuidadosamente y me impulsaba hacia el borde de la piscina, así, no tendría problemas a la hora de sostenerme. Cuando estuve en la superficie, una voz dulce y cariñosa me hizo reaccionar:
- ¡Miley, reacciona! Estas bien, te encuentras bien? - Dijo Nick.
Su cabello estaba mojado, alborotado, y sus rulos ya no estaban. Su pelo ahora era ondulado, raro, y un poco enmarañado, como si recién hubiera terminado de bañarse. Igualmente se veía hermoso. Como siempre, ese no era un dato menor.
Un poco insegura, y mareada, contesté:
- Si, estoy bien, bien. - Dije. Sinceramente, no sabía si estaba formando frases correctas o no. Estaba en shock.
Él, me agarraba de la cintura muy cariñosamente, y me miraba, como Taylor miraba hoy en la tarde a Joe. Su cara había cambiado. Estaba feliz, pero ya no confundido. Estaba un poco preocupado, o eso era lo que yo sentía. Sus ojos cafés penetrantes me hipnotizaban.
En un momento, todo cambió. Su mano izquierda se deslizo pormi espalda, cuidadosamente, hasta llegar a mi cuello, tomandolo muy despacio, acercandome a el hasta que el espacio entre nosotros dos fuera nulo. Olía su perfume embriagador, y como su corazon latía, ascelerado por la situación. Sentía el mio, palpitando, sin poder más.
Nuestros labios estaban a centimetros de distancia, a punto de juntarse en un calido y hermoso primer beso, como en cualquier pelicula romantica, cuando una voz chillona, atolondrada y molesta lo arruino todo por completo, en un solo alarido.
Continuara...
hermosoo!!! como lohaces??? uii odio q arruinen los momentos mas hermosos
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