martes, 8 de febrero de 2011

URGENTE.

Primero que nada, quería decirles Muchísimas Gracias a las que se gastan en leer cada capitulo que puse hasta ahora, aunque mi escritura & mi forma de escribir no sea la mejor de todas.
También, queria agregar que la Novela que yo estaba haciendo, 'When i look at you' la voy a dejar en 'Standby' si se puede decir de alguna manera, porque no tengo inspiración para seguirla, y además, que no haya ningun comentario sobre mi novela en el blog no me hace sentir del todo alentada, por asi decirlo.
Voy a empezar una nueva novela, pero no estoy del todo segura si la voy a subir o no, porque no se si va a haber personas que la lean, y ni menos si les gustara o no.
Sé, que amigas mias, por esto van a decir 'victoria estas loca', pero no se que pensar, sinceramente, no hay comentarios, como en otros blogs, y eso me desalienta muchisimo. Intenté promocionarla, ponerla en todos lados, pero no funcionó.
Voy a empezar con la nueva novela, y si veo que de mi otra novela salen buenos comentarios, y más seguidores, la voy a postear. Pero conste que no estoy segura de si lo voy a hacer o no.
Ya desde el vamos no se si alguien va a leer esto.
Pero bueno, Gracias, MUCHISIMAS GRACIAS a todas las que leyeron, sobre todo a Luana, Male & Flor. Las amo chicas, gracias por apoyarme en esto, aunque no me haya salido muy bien.
Estaré subiendo la novela que voy a hacer si veo que esto va bien. Voy a cambiar TOTALMENTE el blog, dandole otro aspecto. Espero que les guste. Ya me estaré comunicando otra vez con ustedes.
Gracias, otra vez.

Vicky.

viernes, 4 de febrero de 2011

Desconcertada y muy preocupada, caminé hasta la puerta, y atiné a tocar el timbre, pero no lo hice, porque la puerta ya estaba abierta. Entré a la casa y todo era un caos, bolsos y camperas en los sillones, cosas tiradas, un completo desastre. Caminé sin pisar nada que estuviera tirado en el piso hasta la cocina, y allí se encontraba Taylor, comiendo, muy tranquila unas Oreos.

- Que sucedió? – Dije, confundida.

- Selena tuvo una recaída. – Dijo, muy tranquila. – Nick terminó con ella y no lo pudo manejar. Se desvaneció, y Nick llamó a la ambulancia. Se sentía ‘Culpable’ – Dijo, formando unas comillas con sus manos.

- Vino el doctor no? – Dije, extendiéndole el café, y tomando al mismo tiempo un sorbo del Mio.

- Si, igualmente, tiene presión baja, y por eso, el doctor sigue aquí, revisándola. – Dijo. – Creo que tendré que ir a la clínica con ellos, y no quiero. No tengo ganas. – dijo con cara molesta.

- Esta bien, quédate aquí, yo iré por ti. – Dije, tomando un sorbo más a mi café.- Dime, Tay, porque terminaron? – Dije, en voz baja-

- Supuestamente discutieron, aunque no pude escuchar nada, y no pude acudir a ayudar, o a separarlos siquiera. – Dijo, respondiendo a mi pregunta y tomando una galleta de la fuente que se encontraba en el medio de la mesa.

- Donde se encuentra Nick? Iré a ofrecerle mi ayuda, ya que tu no tienes ganas, y por lo visto, no quieren ni moverte. – Dije, empujando levemente a Taylor, haciéndola reír en voz baja.

- Ya basta Miley! – Dijo riéndose – Esta en su habitación, pide permiso antes de entrar! – Dijo, casi gritando, por la distancia que había entre nosotras.

- Claro! – Respondí yo, ya subiendo la escalera.

Subí las grandes escaleras y caminé por el gran pasillo hasta llegar a una habitación, que por lo visto era de Nick, ya que en la puerta decía en letras grandes y claras, ‘Nick’.

Toqué tres veces, esperando una respuesta, pero al ver que nadie respondía, entre, cuidadosamente.

La habitación estaba pintada de un color celeste claro, con unos hermosos detalles en blanco, de vez en cuando. En ella se encontraban un escritorio, un gran armario, medio abierto, lleno de camisas y remeras varias. La cama estaba en el centro de la habitación, tenía sabanas color champán y un acolchado color amarillo claro al pie de la cama, arriba de un baúl. Una ventana cubría casi toda la pared del fondo, mostrando una hermosa vista con árboles y una pequeña vista panorámica de la pileta, y el hermoso jardín de la gran mansión.

Nick lucía una camisa a cuadros blanca con celeste, con una musculosa debajo, y unos jeans desteñidos muy bonitos. Su cabello estaba alborotado, sus ojos expresaban millones de sentimientos, entre ellos inseguridad, confusión, por el momento que estaba viviendo y miedo, de que algo le sucediera a Selena.

Caminé hasta él y lo saludé con un beso en la mejilla. Su perfume era embriagador, siempre el mismo, pero nunca menos importante. Me volvía loca.

Cerca de la cama donde se encontraba Selena, estaba un joven de cabello rubio, ojos como el mismo océano, alto, guapo y muy buen mozo. El joven tenia una hermosa sonrisa, que poco a poco, cuando lo saludé, se fue formando.

Selena se encontraba recostada en la cama y sin aparentes fuerzas para levantarse. Se veía nauseabunda y muy pálida.

De repente, el joven doctor dio su veredicto final. El aparente estado de Selena:

- Bueno, deberá quedarse unos días en el hospital, solo para que los estudios resulten bien, y así poderle dar el alta. – Dijo, mirándonos a Nick y a Mí, haciéndonos responsables.

- Claro, no se preocupe, yo la acompañare mientras esté en el hospital. – Dijo, sin quitarle los ojos de encima al Doctor.

- Te acompañaré, por si necesitas mi ayuda en algún momento. – Dije, interrumpiendo su conversación.

- Miley no deb...- dijo, antes de ser interrumpido por mi, otra vez.

- Iré aunque digas que no. – Dije, decidida de lo que decía, esbozando mi mejor sonrisa.

- Gracias. – Dijo Nick, tomándome en sus brazos, dándome un fuerte abrazo, que apretaba mi cuerpo débil. Aunque mis costillas y mis brazos estaban apretados, lo correspondí. Nada era mejor que estar entre esos hermosos brazos musculosos que te hacían sentir protegida.

Me apartó de él de a poco y me dio las gracias una vez más, haciendo lo mismo con el doctor, através de un apretón de manos.

Luego del breve saludo, Nick ayudó a Selena a bajar las escaleras, hasta llegar al umbral de la puerta, y luego hasta la ambulancia que la transportaría hasta el hospital. La encasillaron y la dejaron con un camillero, que cuidaría de ella hasta que llegara al hospital, donde quedaría a cargo de los doctores.

Nick y yo caminamos hasta el Mercedes Negro que él había comprado recientemente, y nos sentamos adentro de él, pretendiendo seguir a la ambulancia blanca que se situaba delante de nosotros en la carretera, guiándonos hasta llegar al Hospital Central de Amderlook.

El viaje transcurrió tranquilo, charlamos sobre cosas sin sentido, sin importancia, y además, le pregunté porque y como había sucedido lo acontecido.

Él me contó que Selena lo había engañado con David, el amigo de Joe, y que no soportaba más su frialdad y la forma en que ella lo trataba. No soportaba más. No quería ni siquiera cruzar palabra con ella. También me contó que le dolió tener que cortar con ella, pero más que se desmayara. Se sentía culpable, pero sabía que todo era producto de lo que había sucedido, y no su culpa. De todos modos, se sentía bien, al liberarse por completo, y poder ser libre y hacer lo que le plazca otra vez, como en los viejos tiempos.

Lo escuché, con mucha atención, pero no pude evitar darme cuenta de que él no me sacaba la vista de encima, y que al final del viaje, muy cuidadosamente, Nick tomó mi mano y le dio un beso, sosteniéndola con la mano que tenía libre.

Me dejaba llevar, estaba impresionada con la situación, no podía articular palabras, pero en mi mente, lo único que podía formar era una sola pregunta: ¿Qué estaba sucediendo?

___________________________________________

Chicas: Perdon por la tardanza. Les dejo unas preguntas para que respondan.

1. Les gustó el capitulo?

2. Que les gustaría que sucediera en el cap. 6?

3. Que piensan que sucederá?

Bueno, espero que comenten. Porfavor, quiero poder tener algunas ideas gracias a sus comentarios. Comenten, por lo menos, 3 comentarios me bastan. Muchas Gracias Chicas. :]

miércoles, 2 de febrero de 2011

Capitulo 4.

Muy cuidadosamente, Nick me llevó hasta la parte baja de la pileta. Estaba mareada, la cabeza me daba vueltas. Al caer, por como me habían empujado, yo, me había golpeado contra el piso se la pileta, produciéndome una jaqueca.

Pasaron los minutos, y Nick y Selena seguían peleando como dos niños pequeños por una simple estupidez. Escuchaba lo que sucedía, pero no podía estar presente. Mi estado de ánimo no me lo permitía. Mi cabeza ardía de dolor. Ya con abrir los ojos, todo empeoraba. Prefería no hablar. Callarme. Porque al fin y al cabo, un poco de culpa, yo también tenía.

Luego de 5 minutos, aproximadamente, escuché más de 2 voces a lo lejos. Joe y Taylor estaban a mi lado, preguntándome como me sentía, y que había sucedido. Luego de unos segundos, mis ojos se cerraron, y caí en un profundo sueño, sin interrupciones, tranquilo, como no solía dormir hace ya muchas noches atrás.

Cuando me levanté, mi cabeza me seguía doliendo y mi cuello tampoco cesaba del dolor.

No sabía donde me encontraba, en que habitación, en que casa, ni que había sucedido anoche, después de mi caída. La ventana de la pieza estaba abierta, y los rayos del sol entraban por ella y apuntaban a mi cara, dejándome sin poder ver nada, y además, despertándome de mis sueños.

Esa madrugada no había soñado nada, o mejor dicho, no recordaba que había pasado por mi mente esa noche.

Resignada, me levanté y fui al baño. Me aseé y peine mi cabello alborotado. Parecía una melena de león. El simple hecho de verme al espejo ya me daba nauseas. Mi aspecto no era el que más me hubiera gustado tener.

Bajé las escaleras hasta llegar a la cocina. Allí se encontraban mis abuelos y mi madre. Lo primero que hice fue saludarlos, y luego, ir a buscar algo refrescante que tomar en el refrigerador.

- Miley, que te sucedió anoche? – Preguntó mi abuela.

- Muy bien no recuerdo. Estaba en la fiesta de Nick y Joe, y estaba caminando por afuera de la pileta, y alguien me empujó. No recuerdo nada más, ni quien fue, ni nada – Dije, con voz dormilona.

- Nick te trajo aquí anoche. Dijo que te habías golpeado la cabeza, y que te dejáramos dormir, ya que estabas cansada. – Dijo mamá.

Asentí. Mucho no tenía que decir. Tomé mi refresco y subí las escaleras. Me duché con agua fría, dejando que esta recorriera mi cuello, para que así el dolor desapareciera por completo, pero para mi disgusto, no sucedió.

Termine de ducharme más o menos 20 minutos después. Peiné mi cabello y me dirigí a mi pieza. Elegí lo más común. Una remera blanca, unos shorts de jean, unas converse y una bincha con flores que sujetaría mi cabello.

Tomé mi bolso más común, mi celular, mis llaves y un poco de dinero. Bajé las escaleras, saludé a todos, y les dije que iría a ver a Taylor a contarle que había sucedido, para que no estuviera preocupada por mi.

Abrí la puerta y me encaminé sin rumbo alguno. Todavía tenía que llamarla. Donde se encontraba ella? Pues, ni yo lo sabía.

Busqué mi celular en mi bolso. Cuando lo encontré, a mi sorpresa, empezó a sonar. Era Taylor.

*Conversación Telefónica*

- Tay! Como estas, amiga? – Dije, esbozando una sonrisa, aunque ella no me pudiera ver.

- Tú como estas!? – Dijo un poco alterada. – Te llevó Nick ayer a tu casa, y nunca más supe nada de ti! Como es que no me llamas antes!

- Perdón. Estaba durmiendo. Caí rendida ayer. Me sentía muy mal, y mi cuello me dolía, como sigue haciendo ahora. Mi cabeza esta un poco mejor, pero igual, me sigue doliendo. – Dije, un poco confundida, y al mismo tiempo apenada, por no haberle avisado antes que me encontraba bien.

- Que bueno que estés mejor, Miles! Dime, donde estas? – Dijo.

- Estaba por comprarme un café en Starbucks. – Dije.

- Ven para la casa de Joe. Estoy aquí, sola, y me aburro. – Dijo, invitándome.

- Esta bien. Compró un café para ti también, y ahora voy para allá. – Dije. – Nos vemos.

- Nos vemos! – Dijo.

Me dirigí a el primer local de Starbucks que encontré, y compre dos Frapuccinos. Pagué, y me encaminé con los cafés en mano hasta la casa de Joe.

Al llegar, una ambulancia blanca se encontraba en la puerta de la gran casa. Que había sucedido?

Continuara...

________________________________________________________________________

Chicas: No voy a poder escribir el proximo capitulo hasta el Sabado, Viernes. Mañana voy a estar ocupada todo el dia. Espero que les guste el capitulo.

Vicky. <3>

martes, 1 de febrero de 2011

Capitulo 3. {Segunda Parte.}

- Que casualidad. Aquí estan los dos. - Dijo Selena.

- Acabamos de llegar. - Dijo Nick en su defensa.

Entramos a la gran casa, como hoy en la tarde, solo que algo había cambiado. A mi lado se encontraba Nick, no Taylor, y en el Sillón no había nadie agarrado de la mano con aquella muchacha de vestido azul y cabello negro.

Caminé hasta la pileta y allí se encontraban todos. Cuando Taylor me vió, gritó, saludandome desde adentro de la piscina:

- Miley! Al fin llegaste. Ven, metete. - Dijo.

La piscina se veía hermosa, los tenues rayos del sol aún la innundaban y las luces que yacían adentro aún no estaban encendidas. Una vista muy hermosa, aunque no pareciera.

Pasé al baño y me cambié. Me puse la maya blanca que había elegido antes de salir. Salí con mi cartera en mano y la toalla enrollada en mi cuerpo. Dejé el bolso en una silla del Hall y caminé hacia la pileta, otra vez, esta vez dejando la toalla de lado, e invitando a Taylor para que se meta conmigo a la Pileta. Acepto y eso hicimos. Luego de un rato, me cansé y salí. Me recosté en una reposera, asi para la cena, ya estaría seca.

Desde adentro de la casa alguien gritó, de la nada:

- Los Yankees estan jugando por el campeonato! - Dijo David, un amigo de Joe.

Todos, sorprendidos, salieron corriendo, a ver como transcurría el partido, mientras yo, desinteresada sobre que estaba pasando, no me moví, y decidí quedarme donde estaba, ya que el Beisbol a mi, no me gustaba.

Escuché que una voz que venía de atrás mio me hablaba. Era Nick, preguntando si todo estaba bien, y sobre que sucedía:

- Nada, nada. Esta todo bien. - Dije, esbozando mi mejor sonrisa.

Pasaron unos minutos, y mis piernas ya se estaban adormeciendo de no moverse por un largo tiempo. Decidí pararme a caminar cerca de la orilla de la pileta, ya que no tenía mis ojotas, y tenía miedo de pincharme con algo en el cesped.

De repente, sentí que alguien me impulsaba hacia la piscina. Lo unico que pude ver fue una silueta de una mujer de cabello corto y negro.

Desde chica, mi madre no me había enseñado a nadar, y las colonias de vacaciones eran muy costosas. Nunca había aprendido como defenderme si alguna vez en mi vida se me presentaba una situación como la que estaba viviendo. No sabía que hacer. Mi mente estaba en blanco. Lo unico que podía pensar en ese momento, era en mi vida, que se resumio a unos largos segundos, como si la misma fuera un cortometraje.

Luego de unos segundos, senti que algo impactaba sobre el agua, me agarraba de la cintura cuidadosamente y me impulsaba hacia el borde de la piscina, así, no tendría problemas a la hora de sostenerme. Cuando estuve en la superficie, una voz dulce y cariñosa me hizo reaccionar:
- ¡Miley, reacciona! Estas bien, te encuentras bien? - Dijo Nick.

Su cabello estaba mojado, alborotado, y sus rulos ya no estaban. Su pelo ahora era ondulado, raro, y un poco enmarañado, como si recién hubiera terminado de bañarse. Igualmente se veía hermoso. Como siempre, ese no era un dato menor.

Un poco insegura, y mareada, contesté:

- Si, estoy bien, bien. - Dije. Sinceramente, no sabía si estaba formando frases correctas o no. Estaba en shock.

Él, me agarraba de la cintura muy cariñosamente, y me miraba, como Taylor miraba hoy en la tarde a Joe. Su cara había cambiado. Estaba feliz, pero ya no confundido. Estaba un poco preocupado, o eso era lo que yo sentía. Sus ojos cafés penetrantes me hipnotizaban.

En un momento, todo cambió. Su mano izquierda se deslizo pormi espalda, cuidadosamente, hasta llegar a mi cuello, tomandolo muy despacio, acercandome a el hasta que el espacio entre nosotros dos fuera nulo. Olía su perfume embriagador, y como su corazon latía, ascelerado por la situación. Sentía el mio, palpitando, sin poder más.

Nuestros labios estaban a centimetros de distancia, a punto de juntarse en un calido y hermoso primer beso, como en cualquier pelicula romantica, cuando una voz chillona, atolondrada y molesta lo arruino todo por completo, en un solo alarido.

Continuara...

Capitulo 3. {Primera Parte}

-Estaré lista para entonces - Dije, sonriendo.

No estaba segura de lo que podria llegar a pasar en ese momento a solas con Nick. Pero eso no importaba, tenía que arreglarme para estar bien en la fiesta.
Cortezmente saludé a todos y dije que los vería en la fiesta más tarde.

Caminé hasta mi casa y cuando llegué salude y expliqué porque no había pasado por allí en todo el día.
Subi a mi habitación y miré la hora. Eran las 18:00 P.m. Todavía tenia que bañarme, cambiarme y arreglarme. Comenzé. Me bañé, y atarde aproximadamente 15 minutos en terminar.

Al salir elegí la ropa. Escogi unos shorts de Jean y una remera color verde manzana junto con mis Old School Vans negras. Ya eran las 19:00 P.m.

Elegí una de mis cuantas carteras, y mi maya preferida. Junte todo, mi toalla, mi maya y varias cosas, y las metí adentro del bolso.

Me arreglé el cabello tandolo con una simple cola de caballo. Apliqué rimmel en mis pestañas y bajé a la cocina a tomar algo. A mi sorpresa eran las 19:45 P.m. Aproximadamente.

Charle unos minutos con mis abuelos, anunciandoles que no estaría a comer esa noche.

Ellos, me contaron que su día había sido tranquilo y muy bueno. Habían salido a caminar un rato por la playa, y que tambien habían ido a visitar a unos amigos, al igual que yo. Me pidieron por favor que tenga cuidado y que disfute mucho, les agradecí que se preocuparan por mi, terminé mi jugo y agarré mis cosas.

Mientras terminaba de hacer todo, repentinamente, alguien tocó el timbre. El ruido del motor del auto sonaba furiosamente . Imaginé que el que estaba del otro lado de la puerta era Nick. Abrí la puerta cuidadosamente y allí estaba.

Él estaba vestido con una camisa celeste a cuadros con una musculosa blanca debajo. Tambien llevaba puesto una bermuda color crema y unas converse blancas básicas. Estaba muy lindo esa noche. Lo saludé, timidamente:

- Nick. - Dije, sin poder pronunciar una frase más larga.

- Miley... Te ves hermosa esta noche. - Dijo,
tartamudeando.

- Gracias - Dije.

Caminamos hacia el auto y él amablemente me abrió la puerta. Me senté y el la cerró y caminó hacia la puerta del conductor.

El viaje transcurrió tranquilo, hablamos sobre algunas cosas, sobre sus aficiones , selena y porque yo estaba de visita tantos meses aqui en Amberlook.

Cuando llegamos, el hizo lo mismo que al principio. Abrió mi puerta y caminamos los dos juntos hasta la puerta principal. Nick colocó la llave, tratando de abrir la puerta, pero alguien se le anticipó.

Continuara...

Capitulo 2.

- Hola Kev. – Dijo Taylor.

Él chico era alto, de cabello marrón, con rulos. Sus ojos eran hermosos. Los que yo siempre hubiera deseado tener. Eran verdes claros, como una manzana. Los ojos más hermosos que había visto.

Solía examinar muy bien a la gente, destacando lo más bello de cada persona. Pero, obviamente, sin que esta se diera cuenta, ni menos, que supiera lo que yo pensaba sobre él. Interrumpieron mis pensamientos.

- Hola Tay. – Dijo el muchacho. – Quien es ella?

- Hola. Soy Miley. – Dije tímidamente extendiendo mi mano en forma de saludo.

- Miley? Lindo nombre! Vengan, pasen.

- Claro! – Dijo Taylor entusiasmada, dándole un beso en la mejilla a Kevin al pasar. – Vine a ver a Joe, está?

- Si, esta hablando con Danielle en la cocina. – Respondió Kevin.

Entramos a la Casa. Era inmensa, enorme. Con pisos de mármol blancos, y paredes color crema, con cuadros colgados en cada una de ellas. Estantes con libros, y discos de Vinilo por doquier.

En el living se encontraban un chico, de rizos oscuros y ojos cafés, y una chica de pelo negro corto y ojos marrones. Los dos estaban tomados de la mano. Si mi memoria no me falla, estaban viendo ‘The Notebook’. Habría sido muy inapropiado interrumpirlos con mi mirada curiosa. Se los veía conectados el uno con el otro, y al mismo tiempo con la película. Sacándome de mi nube de pensamientos, Taylor me habló:

- Miley, te presento a Nick y a Selena.

El chico ahora estaba parado, pero la muchacha, sin mostrar el menor interés, se quedó sentada, sonriendo fríamente.

Examiné lo más rápido que pude al muchacho. Su cabello era rizado, y casualmente alborotado. Sus ojos eran cafés, claros, pero al mismo tiempo oscuros. Cautivamentes, penetrantes y hermosos al mismo tiempo. Brillaban como mismas estrellas. Se lo veía feliz, pero confundido. Su cara no era facil de descifrar. No podía quitarle los ojos de encima. Era... Especial.

Taylor, dándose cuenta de mi obnubilación, me habló:

- Iré a ver a Joe. Ahora vuelvo.

- Esta bien. – Dije, mientras miraba la cara de Selena, que no era del todo buena.

Ella llevaba un vestido Azul Marino, y unas sandalias negras. Su cara expresaba inseguridad, y desconfianza. No leo mentes, ni menos, pero su cara me expresaba esos sentimientos.

Estaba sumida en mis pensamientos, sentada en un sillón pequeño, un poco separada de Nick y Selena, mirándolos, examinándolos con la mirada, pero cautelosamente. No quería quedar mal.

De repente, Nick habló:

- Iré a buscar algo. Ya vuelvo. – Dijo, dándole a Selena un beso en la Mejilla.

Ella, parecía desinteresada en lo que estaba sucediendo. Solo le seguía la corriente al muchacho.

Gritando, como una desaforada, Taylor rompió el silencio que había en la sala.

- ¡Miley! Ven, te quiero presentar a alguien.

- Ya voy. – Dije. – Lo siento, debo ir. – Dije, dirigiéndome a Selena.

- No hay problema. – Dijo, esbozando su mejor sonrisa. Traté de hacer lo mismo.

Camine lo más calma que pude hasta llegar a la cocina, donde Taylor estaba abrazada de un chico. Supuse que era Joe.

Él era alto, guapo, de cabello marrón, ondulado y alborotado. Sus ojos eran hermosos, iguales a los de su hermano, Nick.

Sacándome otra vez de mis locos pensamientos, como hacía muy repentinamente en el día, Taylor me habló:

- Él es Joe. – Dijo. Se notaba que estaba enamorada. Lo miraba como si fuera la ultima botella de agua en el desierto. Me encantaba ver feliz a mis amigas.

- Hola! – Dije, efusivamente, pero sorprendida, al mismo tiempo, de cómo había reaccionado. Dudaba de no haber dado una mala primera impresión.

- Hola! Como te llamas? – Dijo, de la misma manera que yo.

- Miley. – Dije, esbozando una buena sonrisa.

- Nunca te vi por aquí nunca, Miley. De donde eres?

- Soy de L.A. Mis padres se criaron aquí, y mis abuelos siguien viviendo en la misma casa desde hace años, y siempre venimos de vacaciones, cada tanto. Hace 4 años que no veniamos, y aprobechamos. – Dije. Temía haber hablado de más. Mucho de más.

- Genial! – Dijo sonriendo, al igual que Taylor hacía.

No sabía que hacer ahora. Pero mis dudas se aclararon cuando Joe me preguntó:

- Hoy, nosotros, Nick y Yo, haremos una fiesta en la piscina. Me preguntaba si querrías venir. Kevin no va a poder estar porque tiene una cena, pero que más da. – Dijo, como si me conociera desde hace años atrás.

- Claro, estaría encantada. – Dije, aceptando la invitación, sonriendo.

- Entonces, Nick pasará por ti a las 20:00.

Continuara...

lunes, 31 de enero de 2011

Primer Capitulo.

Él ultimo dia de escuela no fue tan malo como yo esperaba. Aprobé el año, y solamente me falta uno para terminar la secundaria. Mis padres están felices. Definitivamente quieren que me gradúe. Yo también lo deseo. No soporto más esos difíciles exámenes, que me vuelven loca a la hora de estudiar por sus difíciles tópicos, y temas.

Volví a mi casa y lo primero que me encargaron para hacer fue hacer la valija. Mucho que poner no tenía, solo ropa, mi Ipod y mi celular.

Unas cuantas remeras y shorts, o polleras bastarían. Claro estaba, eran mis mudas de ropa más habituales.

Estuve en la pileta un buen rato. Luego comí unas galletas con chips de chocolate, con un jugo de naranja.

Ya era tarde, las 22:00. Cansada, me fui a dormir. Esa noche no dormí muy bien. Me desperté unas cuantas veces. Mi aire acondicionado no funcionaba, y el calor era sofocante. Pude dormirme unas horas después de que me diera una rápida y fría ducha. Mañana partimos para Amderlook. No creo que el viaje sea muy catastrófico. O eso espero.

Mi padre me levanto muy temprano la mañana del viaje. Lo primero que hizo cuando entro a mi pieza fue destaparme. Eso me puso muy de mal humor.

Finalmente, aunque me costó mucho, me levante de mi cama. Tomé la revista Teenage Magazine de ese mes y mi valija y salí de la casa. Me subí al taxi y salimos hacia el aeropuerto. Estuvimos esperanto aproximadamente 1 hora y media en el hall del aeropuerto.

Subimos al avión a las 11:00 A.m.

En el avión comí unas galletas que tenia en la cartera. De repente una voz sonó. Todo estaba bien, y llegaríamos muy pronto a destino.

Ya tenía mi Ipod en mano, y los auriculares puestos. En mi reproductor sonaba Imagine de The Beatles. En ese momento me quedé dormida.

Cuando desperté faltaban solo 5 minutos para arribar al Aeropuerto John F. Kennedy de Amderlook. Otra vez en el altoparlante sonó la voz de la azafata. Todo, al igual que antes, estaba bien. No debiamos preocuparnos por nada. Igualmente, no lo estaba. Amaba viajar en avión.

Descendimos a Amderlook y el Abuelo y la Abuela nos estaban esperando en el Hall del Aeropuerto.

Ellos se veían tan bien, tan saludables, se veían felices, por tenernos otra vez en sus brazos. Era su nieta querida, la única por cierto. Por todas esas y otras innumerables cosas los amaba, nada los hacia imperfectos. Con ellos todo era de ensueño.

El Abuelo todavía podía conducir la camioneta que tenía desde mi última visita a Amderlook. La misma camioneta roja con la pintura gastada.

Nos subimos, y fuimos hacia la casa de los abuelos, que estaba enfrente del mar. Era hermosa, siempre decía lo mismo, y no iba a cambiar de opinión.

Con mis abuelos vive Sally, una Ovejera Alemana hermosa y cariñosa, color Marrón arena con unas cuantas manchas en color blanco. Ella es, realmente, una gran compañera. Y además, mis abuelos la adoran. Es su trofeo más preciado. Ella está tan cuidada y tan bien de salud a pesar de sus 8 años...

Apenas llegamos, saludé a Sally, y ella me chupeteó toda la cara.

subí a dejar mis cosas a mi antigua habitación. Subí las escaleras, mirando por la ventana que estaba de lado, y me maravillaba por la hermosa vista que nunca cambiaba.

Entré a la habitación y fui directo a la cama. Era cómoda, muy cómoda. De hecho, siempre lo había sido. Amaba más esa vieja cama que la que yo tenía en mi propia pieza. La habitación era de un color azul cielo, muy hermosa por cierto, y muy bien ubicada con respecto al paisaje. Tenía 2 ventanas, un armario, un escritorio, una mesita de cama, una habitación, un espejo y una planta de lilas arriba del escritorio. Acomodé todo muy rápidamente, todo con tal de salir a la playa lo más rápido posible.

Me dí una ducha. Estaba toda transpirada, pegoteada. Terminé de bañarme, me puse la maya, y ropa limpia. Tomé mi bolso y avisé que saldría a caminar.

En la playa me encontré con Taylor. No la recordaba muy bien. Pero ella a mi sí. Se sorprendió al verme. Ella me ayudo a reestablecer mis memorias. Un buen rato estuvimos hablando. Ella estaba de novia con un chico, no recuerdo su nombre. Dijo que luego me lo presentaría a él y a sus hermanos. Quiero conocer nuevas personas, además de ella, que ya era mi amiga desde mi niñez.

Dejamos la playa y caminamos unas cuadras hasta llegar hasta una gran casa.

Tay tocó el timbre y luego de unos minutos, alguien giro el picaporte de la puerta y la abrió.

Detrás de ella estaba un chico alto, guapo, que vestía una musculosa gris, con una bermuda para hacer surf. Tenía rulos color marrón alborotados y unos ojos del mismo color, hermosos.